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Los R.A.E.E son los aparatos eléctricos y electrónicos que usamos diariamente que cuando ya no funcionan más y son inutilizables son considerados R.A.E.E. Los residuos son los materiales, objetos o sustancias que son desechados por alguna razón y no son más utilizables.

Los residuos R.A.E.E no se deben depositar en contenedores comunes. Los aparatos eléctricos funcionan gracias a la corriente eléctrica que viene de una fuente de alimentación, los aparatos electrónicos están hechos con una cantidad de circuitos y conforman un sistema mucho más complejo. 

El correcto reciclaje de R.A.E.E permite recuperar materiales muy útiles para los procesos productivos, disminuyendo los costos en la fabricación que la industria podría destinar en inversiones para el desarrollo I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) para fabricar aparatos mucho más rápidos, eficientes e inteligentes, en lo que terminaría en un gran ahorro para los consumidores.

                                            

China y EE.UU son los países que más producen los R.A.E.E y los que más contaminan en este aspecto, son la cabeza de la generación de chatarra. Hay algunos países que toman la decisión de poner leyes en contra de los R.A.E.E y acá te dejo unos ejemplos: Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú, Alemania, Francia, España, Italia, Portugal,  Uruguay, etc. Estos países reducen los R.A.E.E tomando medidas como: 

● Reducir. Esto significa intentar no comprar un aparato eléctrico o electrónico si no es necesario, si se compran menos aparatos habrán menos residuos.

● Reutilizar. Esto quiere decir que en lo posible si el aparato eléctrico o electrónico sigue en funcionamiento pero quieres algún aparato que sea de mayor calidad o simplemente quieres cambiarlo lo mejor que podes hacer con el viejo es dárselo a algún familiar o amigo que lo necesite.

● Reciclar. Esto significa que es necesario que recolectes los R.A.E.E que vayas a dejar y los envíes a algún lugar donde se haga un proceso de renovación y transformación para convertirlo en un nuevo producto, en vez de simplemente desecharlo y contaminar.